viernes, 29 de junio de 2012


   

... uno de los más conocidos atractivos que ofrecía París a sus moradores y visitantes, desde finales del Siglo XVIII y hasta principios del XIX fueron las lecturas o demostraciones públicas de los saberes de los alumnos de la escuela de sordos?

El Abad Michel de l´Epée había promovido estas actividades ya con sus primeros alumnos. Para eso alquilaba un local donde recibir a gran cantidad de personas, y publicaba invitaciones en los diarios locales ofreciendo el espectáculo de los prodigios que la educación obraba en los sordos de nacimiento. En esas “lecturas”, el público les hacía a los Sordos preguntas de todo tipo, que el Abad traducía al francés señado a los Sordos. Estos, a su vez, contestaban en señas o por escrito a las preguntas, maravillando a los presentes con sus conocimientos y agudos juicios. El Abad Roch Ambroise Cucurron Sicard, quien en 1789 sucedió a de l´Epée al frente de la escuela, continuó con esos espectáculos, que le permitían conseguir donaciones y apoyos de todo tipo. A principios del año 1815, Sicard temía que las tropas de Napoleón tomaran París (Sicard era defensor de la monarquía tradicional, y enemigo de Napoléon). Por eso, decidió alejarse por unos meses de Francia y emprendió un viaje a Londres con dos de sus maestros más brillantes, los Sordos Jean Massieu y Laurent Clerc. En Inglaterra, los tres realizaron varias de sus famosas “lecturas”. Algunas de ellas fueron recogidas y publicadas, en una edición bilingüe en francés e inglés. El libro, editado en 1815, está hoy disponible en una edición facsimilar hecha por la “Bibliotheque Interuniversitaire de Médecine” (BIUM). Se titula, en español, http://web2.bium.univ-paris5.fr/livanc/?cote=extijso00002&p=1&do=page

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