martes, 26 de junio de 2012



¿Hay variantes en la Lengua de Señas Venezolana? 
El asunto de la variabilidad como fenómeno inherente a las lenguas 
es incuestionable. En este sentido, su existencia en la LSV se asegura en
tanto es una lengua y ha sido, de hecho, reconocido por Oviedo (2004). 
Este autor sobre  la  base  de  planteamientos  de  Pietrosemoli (1991), 
Anzola (1996), Domínguez (1996) y Oviedo (1996) señala:



Ante este  reconocimiento es oportuno atender a señalamientos de 
Obregón (1983) cuando advierte que “la  variedad  de  formas  de 
existencia  de  la  lengua  está  condicionada, a  grandes  rasgos,  por
complejos  factores  de  índole  social que actúan  en un mismo  período
histórico y en el mismo lugar” (p.20). En tal advertencia el autor pone de 
relieve eslabones inseparables entre lengua y sociedad.
En ese marco, cobra importancia el concepto relativo a la variedad 
estándar.  En palabras  de  Bernárdez  (1999) este  concepto  “no es  otra 
cosa que la forma de lengua socialmente aceptada como la más adecuada 
para contextos formales de uso“ (p.38). El autor continúa destacando que
el estándar “que algunos prefieren llamar “norma culta” (...) es la forma 
de hablar de las “personas cultas” aunque este sea también un concepto 
social, no lingüístico y más bien vago.” (p.40). Más adelante, señala que
“puede  existir una  forma  estándar  como forma  socialmente  preferida 
incluso cuando la lengua no se escribe”  (p.42). Aquí es necesario apuntar
que este sería el caso de la LSV y todas las lenguas de señas del mundo, 
pues son ágrafas. El autor prosigue advirtiendo que:
otras  veces se  crea  de  modo más  o menos  artificial:  el alemán  solo tenía 
variantes, dialectos sin ningún estándar  hasta que se creo éste: primero por 
acción de los poetas cortesanos que necesitaban una forma de lengua que les 
sirviera en los círculos cortesanos de diversos lugares de Alemania; luego por 
las  necesidades  de la  administración; finalmente  por  el movimiento luterano
que precisaba de una única ‘lengua alemana’ para la ‘iglesia alemana’ (p.42).
De  las  citas  anteriores,  se  desprende  entre  otras  cosas, que la 
forma preferida en contextos formales no necesita imposiciones externas 
para  existir,  planteamiento  en el que coincide  Bernárdez  con Obregón
(1983) cuando este último señala  “el establecimiento de las normas (la 
culta  por ejemplo)  es  la  explicación de  un proceso  efectivo y no una 
codificación de patrones artificiales o imaginados por el planificador de la 
lengua”  (p.19).  Bernárdez, sin embargo,  reconoce  la  existencia  de 
mecanismos artificiales para establecer la norma e imponerla. Y más aún, 
en líneas posteriores admite que “por naturaleza el “estándar” es artificial 
no corresponde al habla de ninguna región concreta ...(p.42)
Es  precisamente al admitir esto,  cuando coincide  con Romaine 
(1996) quien afirma  que las  variedades  estándar, se  derivan  de  un proceso  artificial,  pues  “no surgen en el transcurso de  una  evolución
lingüística ‘natural’ ni nacen de la existencia de repente, sino son creadas 
mediante planificación consciente y deliberada” (p.107). Señala la autora 
que dicho  proceso  conocido como normalización  o estandarización es 
promovido, en el caso de algunas lenguas como el español y el francés, 
por Academias de la Lengua, instituciones a quienes se les ha conferido
ese poder, mientras  que en otros  casos,  se  ha  recurrido a  vías 
reguladoras respaldadas por gramáticas y diccionarios, como por ejemplo
el inglés. Apunta Romaine que en cualquiera de los medios señalados las 
normas se establecen con base en criterios prescriptivos, es decir, de lo
que es  correcto y lo que no.  Sin embargo,  más  adelante  la  autora 
advierte que el hecho de que existan esas normas no supone que todos 
los hablantes las cumplan. 
Los  planteamientos  de  Bernárdez  (1999) en torno a variedad 
estándar o norma culta y los de Romaine (1996) sobre la normalización
invitan  a  formular interrogantes  que contribuirían  a  dar continuidad y
profundizar al análisis que se viene realizando en relación a la norma en
la LSV. En ese ánimo merece detenerse a contestar quizás la más fácil. 

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